28 may 2010

Como podemos obtener energias electrica de las olas

28 may 2010




La infraestructura sumergible permitirá en un futuro inyectar a la red
la energía generada por la planta piloto de boyas de Santoña (Cantabria). Aún habrá que esperar un tiempo para que los hogares españoles cubran
en parte sus necesidades eléctricas gracias al gran azul. En este caso,
como pronto, en 2011

El mar, con sus corrientes, su oleaje, sus cambios térmicos y su salinidad, es un recurso energético inagotable. Sin embargo, el hombre sólo ha sabido saquearlo y sabotearlo con incesantes vertidos. Prueba de ello es que las zonas sin rastro alguno de vida aumentan a un ritmo del 3 por ciento anual. Pero el gran azul es mucho más. Y el hombre comienza paulatinamente a descubrirlo.
De él se puede obtener energía renovable que permita disminuir la producción de electricidad a partir de fuentes fósiles. Y no poca precisamente. Según estima la Agencia Internacional de Energía (IEA), el potencial que se «esconde» entre estas aguas supera los 93.000 teravatios hora al año (un teravatio son mil millones de kilovatios). En esta línea, Javier Marqués, director de energías renovables del Ente Vasco de la Energía (EVE), explica que «el potencial teórico de las energías marinas se estima superior a los 100.000 TWh/año, cuando el consumo eléctrico mundial ronda los 16.000 TWh/año».
«En Europa, la producción de electricidad a partir de energías marinas se estima en unos 200 TWh al año, lo que supondría aproximadamente el 10% del consumo eléctrico de la UE», explica José Luis Villate, responsable de Energías Marinas de Tecnalia y responsable español de la sección de Energías Marinas de la IEA. Pero una cosa es el potencial y otra bien distinta es que sea aprovechable. «En 2030, con un desarrollo a medio plazo, las energías marinas en la UE aportarán un uno por ciento del consumo eléctrico y para llegar al 10 por ciento habrá que esperar hasta 2050, según un informe de la Asociación Europea de la Energía Oceánica», añade.
Esta andadura por encontrar nuevas fuentes acaba de dar sólo el pistoletazo de salida. Y es que en un medio no estático en el que no sólo salvar la estanqueidad resulta esencial, todo va paso a paso. Si en octubre de 2008 Iberdrola Renovables ponía la primera de las 10 boyas de su Planta Piloto de Energía de las Olas de Santoña (Cantabria), la primera instalación por cierto de este tipo que se pone en Europa, ahora acaba recientemente de desarrollar la primera subestación submarina del mundo para renovables. Y es precisamente «que sea submarina lo novedoso», confirma Villate.
Este mecanismo, tal y como lo hace uno terrestre, permitirá recoger la energía generada por la futura planta de Santoña, cuyas boyas, por la acción de las olas, producen un movimiento vertical que, mediante un sistema hidráulico, activa un generador convencional, que es el que produce electricidad en baja tensión. Después, esta energía, tras su paso por el convertidor que adecuará la tensión, será distribuida o inyectada a la red a través de líneas eléctricas submarinas. El objetivo: que la instalación que será ubicada a cuatro kilómetros de la costa cubra el consumo eléctrico anual de unos 2.500 hogares y evite la emisión anual de 2.600 toneladas de CO2 a la atmósfera.
La infraestructura «Underwater Substation Pd» es fruto de una iniciativa desarrollada por la eléctrica española y la empresa Ocean Power Technologies. La subestación está formada por un sistema de distribución eléctrica de baja tensión, un transformador necesario para aumentar la tensión y un sistema de seguridad y cortafuegos. Tiene también un software de última generación que permite acceder mediante internet a los principales datos de la subestación y operar en ella en tiempo real, lo que permitirá, en caso de que sea necesario, corregir algún fallo.

Barreras
Se trata, en resumen, de un armazón de acero similar al terrestre, aunque en este caso será instalado a más de 50 metros de profundidad. De ahí, la necesidad de salvar alguna que otra barrera, ya que por ejemplo la subestación sumergida tendrá que soportar presiones de más de 5 kg por centímetro cuadrado. Así, «si en tierra la subestación está al aire libre sin el “problema” de la ubicación, en mar, se ubica según condiciones de temperatura y humedad adecuados, ya que si se calienta puede dar problemas. Por tanto, resulta esencial vigilar la refrigeración y la presión. Y es que a 50 metros de profundidad cualquier pequeño poro puede producir humedades», explica Javier García, responsable de Desarrollo de Negocio en España de Iberdrola Renovables y presidente de Iberdrola Energías Marinas de Cantabria.
La subestación fue probada por primera vez en el muelle a finales del año pasado. Y tras varias pruebas la eléctrica ha procedido a retirarla del mar. Hay que seguir avanzando. Así que aún habrá que esperar un tiempo para verter energía a la red. «Como pronto, en 2011», avanza García. Con anterioridad a las pruebas de inmersión, el personal realizó diferentes pruebas de funcionamiento que iban desde exámenes de presión hasta análisis de funcionamiento en la transmisión de datos en grandes profundidades. Todo sea por posicionarse entre los primeros. Y es que el boom de las energías marinas en España está por llegar. En marzo el IDAE publicará el estudio sobre el potencial de las costas españolas. Lo siguiente, fijar objetivos para 2020.

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